9.10.06

Resultados del Conteo de Aves

La dicha de los observadores de aves
Siempre los reconocerán porque se levantan al amanecer con los pantalones largos, los zapatos de excursión, unos sombreros que les tapan la nuca, un koala donde ponen agua, libretas, guías y los infaltables binoculares guindando junto a la cámara de fotografía. Son los observadores de aves. En Estados Unidos hay más de 70 millones y 40% viaja fuera del país a buscar nuevas especies. Pues les cuento que en Siete Mares estaban Marieta Hernández, presidenta de la Sociedad Audubon y su marido Lorenzo. Hace unos seis años empezaron a patear el lugar, especialmente en los alrededores del río de Osma, porque Mary Lou Goodwil, nuestra sabia de las aves y autora de una guía extraordinaria, había reportado la riqueza de la región. Explica Marieta que en la época de sequía las aves bajan al río en busca de agua y por lo tanto logras ver especies que usualmente viven en la cota 700 u 800. Sin embargo, fue una conmoción toparse con la guacamaya verde –todo un hallazgo ecológico– porque están en peligro de extinción. Para los observadores resultará interesante saber que hasta el momento han censado más de 150 especies y no han pasado de la cota 400. En colibríes solamente ya van por 10 especies.
También fue maravilloso conseguir dos playeros migratorios a la orilla del mar. En cuanto al playero coleador –así bautizado por su peculiar manera de mover la cola para arriba y para abajo- supieron que en la zona le dicen culo feliz. Sociedad Audubon: audubon@cantv,net, web: www.audubonvenezuela.org o por los teléfonos (0212) 992 3268 y 992 2812.

Valentina Quintero
E06 y E07 Domingo 8 Octubre, El Nacional

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Publicacion en el El Nacional

El Nacional, Domingo 8 de Octubre de 2006, Seccion E/6 Turismo

LOS VIAJES DE VALENTINA

La perseverancia ganó en Siete Mares

Así es la Ecoposada Spa Siete Mares, tan sólo a seis kilómetros de Los Caracas, metida entre la selva, con cabañitas impecables, comida suculenta y consentimiento máximo. Es la nueva opción para ser felices en la llamada Costa Verde, cerquita de Osma, en el Litoral central

Cómo llegar
La única mortificación en este recorrido es tratar de llegar a La Guaira y atravesarla después. Pasado este percance, deben rodar hasta Los Caracas. Al final, después de los edificios que siguen remodelando, verán una subida que conduce a Osma, Oritapo, Todasana, La Sabana, Caruao y Chuspa. Antes de llegar al pueblo de Osma van a ver un letrero en un muro color ladrillo a mano izquierda que dice Finca Cañaveral, Ecoposada Spa Siete Mares. Entran por ahí y después de tres kilómetros, llegaron a la posada.

El que persevera...
Si alguien puede colocar un letrerito en su casa, oficina y carro con este sabio dicho: "El que persevera vence", ese es Francisco Monaldi, uno de los dueños de la finca Cañaveral. La historia comienza cuando Pérez Jiménez resolvió construir Los Caracas, se llevó a sus habitantes a Osma y ahí se quedaron hasta el sol de hoy. Muchos años antes un grupo había comprado la finca Cañaveral, que incluía las tierras donde queda el pueblo. A mediados de los años 80 Francisco Monaldi se reunió con los pobladores de Osma, unas pocas familias, para proponerles participar en un proyecto turístico en la
zona. No les convenció el asunto y literalmente lo mandaron a la porra, así que el hombre, se fue a la Península de Paria y ahí, junto a un grupo, se empeñó en crear lo que son hoy Playa Medina, Pui-Pui, Aguasana, Río de Agua, las plantaciones de cacao... en fin, la emoción de Paria. Una tarde se le presentaron en su oficina unos señores que venían de Osma, los mismos que le habían torcido los ojos hacía 20 años. Querían saber si todavía le interesaba ese proyecto turístico que les había ofrecido. Ahí empezó todo de nuevo.

Osma recibe a la visita
Los habitantes de Osma se han convertido en aliados de Siete Mares. Entre los proyectos que financia la empresa de Monaldi está una plaza del mercado cuyos primeros cuatro locales se abrirán a finales de año. El otro proyecto contempla una posada escuela en el pueblo. Más adelante harán una capilla y una plaza central. Mientras tanto las 300 personas de este poblado asimilan las bondades del turismo y se comprometen con lo que Francisco Monaldi ha bautizado: la Costa Verde. La verdad es que me encanta ese nombre. Esta costa que va desde Los Caracas a Chuspa tiene una selva exuberante atrás,
zona protectora del Parque Nacional El Ávila. Por alguna inexplicable razón, se ha mantenido bastante virgen e inexplorada. Asegura Francisco Monaldi que tanto el Ministerio del Ambiente como los organismos que tienen que ver con el turismo, han entendido que esta costa debe ser desarrollada con proyectos de bajo impacto: pequeñas posadas, nada más alto de dos pisos, un turismo que respete y proteja la naturaleza y la integración de sus habitantes. Ya existen varias posadas, en la zona de La Sabana han construido unas casas preciosas; en Caruao hicieron la Posada Lomas de Caruao, que le rinde honores al mar, la brisa y la montaña; el Aloe Spa relaja a las visitas frente al mar entre La Sabana y Caruao; Agua Miel, a la entrada del Pozo del Cura; el Hotel Egua en Todasana, desde hace más de 30 años y algunas otras un poco más sencillas, pero que igual ofrecen hospedaje. Pero la Costa Verde no son sólo playas. Abundan los ríos con pozos, cascadas, aguas termales, manantiales y extraordinarias caminatas de selva.

Siete Mares es siete estrellas
Ahora se suma a la oferta de la Costa Verde la Ecoposada Spa Siete Mares, construida para consentir a sus huéspedes. Por los momentos son dos módulos de cuatro habitaciones cada uno, otro a punto de terminarse y uno más con la habitación de luna de miel, enamorados, apasionados o con ganas de soledad en general. Las habitaciones son bellas de verdad; con unos pisos de cemento pulido en cuadros; aire acondicionado silencioso; unas regaderas que te perforan la espalda con la potencia; agua caliente; una kichinete con neverita, cocinita, fregadero y todo lo necesario para una cosita básica. Se colocaron en las primeras habitaciones pensando en las familias con niños que tengan necesidad de calentar un tetero o una sopita. En la neverita hay de todo: jugos, refrescos, cervezas, chucherías y hasta una botellita de champaña para alguna celebración. Estas habitaciones tienen su cuarto aparte con baño, un espacio que puede ser salón o para colocar otras camas y una terraza con un chinchorro. Les digo que son atómicas. Lo que separa tu cuarto del mar es un jardín de grama japonesa impecable con flores y árboles. Luego está el caney abierto a los vientos y la luz donde se sirven las tres comidas: desayunos suculentos con frutas, yogurt y cereales para los sanos. Tortillas, perico, caraotas, arepas, pan tostado, mermeladas,
mantequilla y cuanto existe para los comedores serios. El almuerzo es tipo buffet.
La cena es un verdadero acontecimiento. Ahí se luce la fusión de estas cocinas venidas del oriente extremo con Fujie; el aprendizaje de Martín entre Buenos Aires y Nueva York y los sabores locales de Jazmín, Albana, Marvelia y Keila, las diligentes damas de la cocina.
Jonathan es el más gentil anfitrión de Siete Mares. Lo verán acercarse a cada rato para saber si te provoca un jugo, un trago o alguito frugal de comer.

El futuro es pura felicidad
No se quedará Francisco Monaldi con esta posada solamente. Es sólo el inicio de un proyecto de largo alcance, por etapas, donde habrá otros hotelitos, el desarrollo de las siete playas en los seis kilómetros de costa, casas de vacaciones, tremendo spa y todo lo que se le vaya ocurriendo. Cuentan con lo fundamental: los habitantes de Osma como aliados del proyecto, los servicios básicos garantizados, buenas vías de comunicación, apartando el enredo de La Guaira y la cercanía con Caracas. No se atora Francisco Monaldi. Confía en su perseverancia porque siempre le ha resultado.

DATOS ÚTILES
La carretera de Los Caracas a Osma está totalmente encementada. Llega cualquier tipo de carro. Los tres kilómetros que separan la entrada de la posada son de tierra, pero en perfectas condiciones.

La gente que monta bicicleta debe llevarla. Esta zona es perfecta. La pueden gozar al empezar La Costanera y seguir hasta Osma o utilizarlas dentro de la finca. El paseo por el bosque es precioso.

El camino que están haciendo para unir todas las playas es una delicia tempranito en la mañana o al final de la tarde para gozarse el ocaso. Si necesitan transporte desde Caracas o desde el aeropuerto, solicítenlo.
Email: posadasietemares@gmail.com. Teléfonos para reservaciones Caracas: (0212) 264-7334 y (0212) 263-3573 Posada:(0212) 537-8138 y (0212) 393-7043

Valentina Quintero
Fotos FABIÁN MICHELANGELI
www.valentinaquintero.com.ve /
valenqui@movistar.net.ve